miércoles, 13 de noviembre de 2013

El Partido Comunista Mexicano ¿qué aportó?

El pasado sábado 26 de octubre, se realizó una reunión preparatoria de la Conferencia Nacional de Línea Política y Organización del MCM. Lo que podemos concluir que hasta la fecha no hemos aportado casi nada en la elaboración de esa línea.
Lo que mencioné en la reunión, voy a tratar de esbozarlo, para desarrollarlo después.
I. El Movimiento Comunista Mexicano, no es, ni ha sido nunca su intención, reconstruir el Partido Comunista Mexicano, aunque si ha habido varias propuestas en ese sentido.
II. Pretendemos influir en la vida política nacional desde una perspectiva propia, independiente, de izquierda, con la intención de diseñar, junto con otros militantes de la izquierda, una alternativa al capitalismo mexicano, una sociedad superior, justa, equitativa, con una distribución del ingreso que asegure la equidad y unas relaciones sociales con respeto a la dignidad humana, sin explotados ni explotadores, con un desarrollo social de la cultura y un aprovechamiento de la naturaleza, exclusivamente para el desarrollo y progreso de la humanidad, hasta lograr una relación de correspondencia entre la economía, la sociedad, la ciencia, la tecnología, el arte, la cultura, la naturaleza y los seres humanos, entre los seres humanos entre si, y con una relación entre géneros de correspondencia y convivencia.
III. Somos las mujeres y los hombres quienes construimos y desarrollamos a la sociedad a través de nuestras relaciones y de las relaciones con la naturaleza. Nadie más es responsable. Por ello debemos asumir como propios los aciertos y los errores en esta acción permanente y debemos hacer continuamente balances colectivo de esas transformaciones.
IV. Hasta ahora hemos construido un mundo capitalista de la competencia, de la oferta y la demanda, de las mercancías y de la explotación del hombre por el hombre, que ha dado como resultado una sociedad injusta, con concentración de la riqueza, la violencia entre los seres humanos, entre las comunidades y entre las naciones. Una sociedad voraz, que pretende apropiarse de la producción de los demás para su beneficio propio y que continúa avanzando y perfeccionando sus mecanismos de explotación.
V. Los esfuerzos por construir una sociedad justa y destruir y sustituir a la actualmente existente, se alejan, después de que se habían desarrollado relaciones que anunciaban un importante cambio. A largo plazo, aparece un nuevo horizonte de cambio, que se acelera con la acción de las sociedades hacia ese camino. La esperanza que creó la legalización del PCM y los aportes que hizo en la primeras legislaturas donde participó, cumplía con la expectativa, que anunciaba Arnoldo Martínez, de que era importante que la sociedad conociera las propuestas de los comunistas y debatiera alrededor de ellas. Ahora tenemos una izquierda parlamentaria, sin alternativa y si totalmente colaboracionista.
V. En México, parece desarrollarse un proceso de involución, donde las fuerzas del progreso y de la nueva sociedad, como se denomina a la izquierda, tienen actualmente un retroceso, pasan por un proceso de desorganización y algunas vertientes han girado en favor del capitalismo fortaleciéndolo con su colaboracionismo. La izquierda ha dado un viraje de la revolución socialista a la colaboración, de la sociedad alternativa comunista, al fortalecimiento del neoliberalismo. Los agrupamientos han virado del comunismo al centralismo de derecha.
En uno de los homenajes que se le hizo a Arnoldo Martínez en la Cámara de diputados, Pablo Gómez insistió en que uno de los principales aportes del período que dirigió Arnoldo fue el de construir la democracia para el país. Esta fue una idea que resumía los logros de la generación del 68. Es decir, habíamos derramado mucha sangre, doblegado a un sistema represor y abrimos los canales de participación legal. Una vez conocidos los esfuerzos de Cuauhtémoc Cárdenas y de la Corriente Democrática[1], que culminaron en la construcción del PRD, nos permitieron concluir con la posibilidad de que la izquierda pudiera ganar, por la vía democrática, es decir por medio de una competencia electoral regulada por órganos nacionales y estatales autónomos y confiables, establecidos en la Ley[2].
No ganó Cuauhtémoc Cárdenas, pero hubo fraude electoral y se cayó el sistema –algo que nos tiene que aclarar Manuel Bartlett, es decir, explicar en corto y con los detalles necesarios[3]. La alianza entre el PRI y el PAN para introducir las agresivas reformas que se aprobaron[4] y después el asesinato de Luis Donaldo Colosio el 23 de marzo de 1994 durante un acto de su campaña electoral, demostró que la democracia no estaba cerca en la realidad mexicana.
 La firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, privatización masiva de empresas estatales, incluida la banca; la implementación del Programa Nacional de Solidaridad y el aumento de desigualdad en el país. Además se restauraron las relaciones Iglesia-Estado y se establecieron relaciones diplomáticas con el Vaticano. La venta al Grupo Carso, propiedad del empresario Carlos Slim, de TELMEX Con una reforma constitucional a los artículos 28 y 123 que fueron aprobados el 12 de mayo de 1990, se privatizó la banca que fue nacionalizada en 1982. La reforma al Artículo 27 constitucional y otras normas, publicada el 6 de enero de 1992 en el Diario Oficial de la Federación, dio por  concluido el reparto masivo de tierras y dio paso a la venta de las tierras ejidales. fueron aprobadas en 1992 las reformas al artículo tercero constitucional haciendo obligatoria y gratuita la enseñanza secundaria y suprimiendo este carácter a la educación media superior y superior. aprobó la constitucionalización de la autonomía universitaria y reguló las relaciones laborales de los trabajadores universitarios.














[1]  La Corriente Democrática surgió dentro del PRI hacia finales de 1986 reclamando al Estado la práctica de una política pública con fuerte contenido social, exigiendo frenar y reducir el endeudamiento externo y la adopción de procedimientos democráticos en el partido para la toma de sus decisiones, en especial para la designación de candidatos…  Al llegarse el tiempo vino el dedazo del presidente, con el consecuente destape de Carlos Salinas como candidato del PRI. En ese momento, los miembros de la Corriente Democrática estábamos obligados a tomar una decisión: aceptábamos la imposición presidencial y nos sumábamos a la campaña oficial, o nos íbamos cabizbajos a nuestras casas… Optamos por aceptar los ofrecimientos de los partidos de oposición y es así como me convertí en candidato del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (que recién se había transformado de Partido Socialista de los Trabajadores) y del Partido Popular Socialista. A estos partidos se fueron sumando otros partidos sin registro y numerosas organizaciones políticas y sociales que, en conjunto, en enero de 1988 formaron el Frente Democrático Nacional (FDN). El Partido Mexicano Socialista se adhirió al FDN al declinar Heberto Castillo su candidatura en mi favor el 6 de junio, justo un mes antes del día de la elección.
[2] En ese entonces Comisión Federal Electoral estaba presidida por el secretario de Gobernación Manuel Bartlett Díaz.
[3] De la Madrid hace en su libro más que una "autorizada confirmación", una confesión de parte, como dicen ustedes los abogados, de que fue él quien en la tarde del 6 de julio de 1988, día de las elecciones federales, ordenó se dejara de dar información sobre cómo iban fluyendo los resultados electorales, porque estaban siendo favorables a mi candidatura, decisión que dio inicio a un masivo fraude electoral que se cometió no en perjuicio de mi persona, como con frecuencia se señala, sino en perjuicio de todos los ciudadanos del país y del país mismo… El 12 de julio, que fue el último día que se recibió información que se podía considerar medianamente confiable, pues había cada vez más evidencias de un fraude masivo y generalizado, se tenían computados 10 millones 355 mil 293 votos -54.09 por ciento del total-, de los cuales 21.38 por ciento era para el PAN, 35.76 para el PRI y 39.4 para el FDN, correspondientes a 30 mil casillas -54.5 por ciento del total de las instaladas en el país….Los datos de esas 25 mil restantes nunca fueron dados a conocer y nunca podrán conocerse, pues los paquetes con los votos de esa elección, que habían sido depositados en la Cámara de Diputados, según lo disponía la ley, se incineraron por acuerdo de las diputaciones del PRI y del PAN. Cuauhtémoc Cárdenas. La Jornada México D.F. 2 de abril de 2004. Conferencia en la Escuela Libre de Derecho. Puebla, Pue., 31 de marzo de 2004. Puebla
[4]  La firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, privatización masiva de empresas estatales, incluida la banca; la implementación del Programa Nacional de Solidaridad, se restauraron las relaciones Iglesia-Estado y se establecieron relaciones diplomáticas con el Vaticano.

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